Villanueva de la Serena (Badajoz), 27 oct (EFE).- A pesar de la llegada mañana del todopoderoso F.C. Barcelona al municipio pacense de Villanueva de la Serena, cuyo club milita en Segunda B, sus vecinos no quieren sentirse como aquellos de Villar del Rey que, de la mano de Luis García Berlanga, recibieron a los americanos.
Aquí no habrá un «Bienvenido, Mister Barça». «Somos un equipo muy modesto y una ciudad pequeña, que vive esta cita histórica con mucha ilusión, pero que ha sabido responder a las necesidades de seguridad e infraestructuras que exige el partido», ha afirmado a EFE su alcalde, Miguel Ángel Gallardo.
Aunque es fácil pensar que la llegada de los culés supone un revulsivo para la economía de la localidad y, por ende, del club, los vecinos de Villanueva de la Serena prefieren sacar su orgullo y demostrar que son un municipio moderno, en constante desarrollo social y económico, y preparado para atender todo aquello que se precise para un día «inolvidable».
«Bienvenido, Mister Marshall no es el ejemplo más adecuado para definir la llegada del F.C. Barcelona», ha reiterado el alcalde, cuya corporación ha colaborado con la directiva del club para adecuar «aún mejor» tanto algunas infraestructuras como el entorno del estadio, así como el cambio de césped.
Recorrer algunas calles y tomar un café con los vecinos son suficientes para percibir que es «un equipo de Primera División el que visita al C.F. Villanovense» y no que «un Segunda B recibe al F.C. Barcelona».
En este municipio de 26.000 habitantes, donde la industria agroalimentaria es el eje económico y laboral, se respira orgullo, se mira con la cabeza alta y se habla de «tú a tú» de cara al partido de mañana. «Somos más pequeños que ellos… por presupuesto, seguidores y equipo, pero por nada más», ha aseverado Pablo, un seguidor del Villanovense, «orgulloso» de su equipo y de su pueblo.
Con ese mismo orgullo, algunos vecinos ya transitan estos días con la camiseta del club, otros han optado por fijarlas en balcones y en los bares se leen los periódicos deportivos «mirando si se habla del Villanovense, no del Barcelona», ha dicho Carlos, quien considera que «el pueblo y el club ya han ganado» el partido de mañana.
El alcalde opina lo mismo: «el objetivo marcado de promocionar la ciudad, Extremadura y el club de fútbol ya lo hemos logrado».
Al margen de orgullos, existe una ilusión colectiva en Villanueva de la Serena por la llegada de los hombres de Luis Enrique. Los mayores no lo ocultan y los más pequeños menos aún, pero no todos podrán estar en un estadio, el «Romero Cuerda», que estrena césped para la ocasión.
Las diez mil localidades, entre las de los socios y las del público en general, se vendieron en horas. «Para mi hijo, como para toda Extremadura, es un acontecimiento histórico, pero no he logrado hacerme con una entrada», ha lamentado Ignacio.
Mañana tratará de compensar «la decepción» del pequeño por no ir al estadio con otro «sueño»: llevarle a la puerta del hotel donde descansará el equipo culé antes del partido para lograr algún autógrafo.
Como niños también están los socios de la Peña Barcelonista de Villanueva de la Serena, pues encarnan el amor y el dilema por dos equipos. Aunque sería un fracaso para el Barcelona quedar apeado del torneo, les gustaría que el equipo local ganara el partido.
«Soy serón -gentilicio no oficial- y esta es mi casa», ha subrayado el presidente de la peña, Manuel Gil, cuyo anhelo por la victoria entronca con el lema del vídeo realizado por el club para esta ocasión: «Los milagros no existe. Se fabrican».
En tono de humor y mostrando al mundo que «esto es lo que hay», como si de sacar pecho se tratara, su protagonista, «Juani», la responsable de dar vida al C.F. Villanovense en las redes sociales, reconoce que la llegada del Barça le ha dado más trabajo.
Visto lo visto y oído lo oído, Villanueva de la Serena no será mañana Villar del Rey, entre otras cosas porque el Barça estará casi doce horas en este municipio pacense y aquellos americanos de 1953 pasaron de largo.
