Buenos Aires, 1 nov (EFE).- Rodolfo ‘el Vasco’ Arruabarrena, que llegó a mediados de 2014 a un deslucido Boca Juniors que no peleaba campeonatos y desilusionaba a sus hinchas, consiguió esta noche no solo cortar la sequía de tres años sin títulos, sino también su primer campeonato como entrenador.
«Boca necesita un campeonato. Si no se logra ningún título, en diciembre estaré en mi casa con mi familia», había dicho ‘el Vasco’ en julio pasado, imponiéndose la obligación de salir campeón.
«Es mi forma de ser. Soy Vasco trucho, pero algo de Vasco tengo, así que soy bastante terco», dijo, justamente, al explicar una y otra vez que mantenía su postura de renunciar si Boca Juniors no ganaba un título.
Su apodo, ‘el Vasco’, se debe a su apellido, aunque su familia lleva muchas generaciones en Argentina.
Arruabarrena no se ganó a la hinchada con este título, porque su nombre ya estaba escrito en el corazón de los simpatizantes desde el 2000, cuando ganó la Copa Libertadores como jugador, tras haber obtenido el bicampeonato argentino y haber hilvanado 40 partidos consecutivos sin derrotas.
Su éxito en Argentina lo llevó a España, donde con la camiseta del Villarreal disputó 284 partidos en siete temporadas y fue parte del equipo que llegó a las semifinales de la Liga de Campeones de 2005/06.
En 2011 inició su carrera como entrenador al frente del Tigre, que estaba prácticamente condenado a descender.
Sin embargo, bajo el mando de Arruabarrena, Tigre realizó una sorprendente temporada, finalizó segundo y se mantuvo en la primera división del certamen doméstico.
En 2013 dirigió al Nacional uruguayo y renunció ese mismo año al no haber podido ganar la Liga de ese país.
Boca Juniors lo llamó en agosto de 2014 para reemplazar en la conducción técnica a Carlos Bianchi, su mentor y entrenador en su gloriosa etapa como jugador ‘xeneize’.
«Tienen el trabajo más hermoso del mundo. Quiero que entren a la cancha a disfrutar, que se liberen. No se pudieron haber olvidado de jugar», les dijo a sus nuevos dirigidos.
Tras una primera temporada con altibajos, comenzó el 2015 con paso firme y desplegando un fútbol de gran nivel.
En Boca Juniors, Arruabarrena fue alternando la formación titular y la disposición de los jugadores dentro de la cancha.
El ‘xeneize’ suele formar con dos defensores centrales altos y potentes, dos laterales ofensivos, un centrocampista defensivo pero con buen pie, otros dos creativos, un delantero de área y un mediapunta.
Sin embargo, en varios partidos del torneo ‘el Vasco’ optó por atacar con tres delanteros, lo que demuestra su versatilidad y capacidad de adaptación.
«Sin ninguna duda he tenido a los mejores entrenadores, como Carlos Bianchi y Manuel Pellegrini. Pero he tenido a César Luis Menotti, a (Carlos) Bilardo, a (Marcelo) Bielsa y a (Daniel) Passarella y de todos sacás algo», dijo Arrubarrena.
Lo único inamovible para ‘el Vasco’ es la intención de ser protagonista y de alinear a los jugadores más técnicos del equipo.
Bajo su conducción, el ‘xeneize’ desplegó un juego ordenado y ofensivo y fue siempre protagonista de los partidos gracias al buen pie de los centrocampistas.
Además, la temporada para Boca Juniors todavía no terminó, ya que este miércoles disputará la final de la Copa Argentina, en la que buscará repetir un título que ya logró en dos oportunidades.
En diciembre, con al menos un título bajo el brazo, Arruabarrena no estará en su casa desempleado sino planificando la próxima temporada.