Madrid, 9 nov (EFE).- El Atlético de Madrid continuó por cuarta jornada consecutiva dentro de su objetivo de la Liga de Campeones, sin perder de vista el liderato, entre su convicción de que la esencia «no se cambia», la búsqueda de un camino más eficaz hacia el gol y la nueva exigencia ofensiva que le plantean sus rivales.
«Jugamos para ganar, no para jugar bien», sentenció el uruguayo Diego Godín, segundo capitán rojiblanco, nada más terminar el duelo contra el Sporting de Gijón, resuelto en los instantes finales, entre el debate del fútbol de ataque del Atlético, que manejó casi toda la posesión del partido, pero que apenas remató tres veces.
El conjunto asturiano le dejó el balón, le esperó bien plantado y replegado y le obligó a un ejercicio de circulación de pelota, pero falto de profundidad. Tuvo el Atlético el 72 por ciento de la posesión para apenas tres ocasiones claras, la última ya superado el minuto 90, la que significó el gol del francés Antoine Griezmann.
Una necesidad ofensiva diferente al contragolpe del Atlético, reivindicado como un estilo histórico y actual del club rojiblanco, junto a la presión, competir o la fortaleza defensiva, en la víspera por el argentino Diego Simeone, que este domingo añadió una cualidad más: la insistencia con la que logró el triunfo.
«(El sábado) me expresé mal. La esencia del equipo no se cambia. La esencia es una. Ahora, está claro que cuando vos tienes futbolistas con características diferentes a otros, el equipo puede jugar de una determinada manera, pero la esencia es la misma», valoró el técnico, preguntado por el estilo de juego de su conjunto.
«Hoy (por el domingo) la esencia fue la misma y todos los partidos que jugamos desde hace cuatro años, desde que jugaba Diego Ribas con Arda, que por ahí tenían más talento, hasta que jugaba Raúl García, que tenía otras características, pero siempre la esencia fue la misma», repasó.
«No tengo dudas, el fútbol, según los jugadores que tengas, va relacionado al gol. Hay maneras distintas de llegar al gol y cada uno busca lo que más cree conveniente para los jugadores que tiene. Y nosotros estamos en la búsqueda de eso», abundó Simeone, ya con el once tipo aparentemente definido, pero aún en la persecución de explotar las cualidades de sus delanteros y multiplicar sus goles.
El francés Antoine Griezmann, fuera de los diez máximos goleadores hasta ahora en el campeonato de esta campaña, ha marcado siete, cinco en la Liga; el colombiano Jackson Martínez ha logrado tres, dos en Liga; Fernando Torres, dos, ambos en ese torneo; y los argentinos Ángel Correa y Luciano Vietto han conseguido uno.
Jackson, su delantero de referencia en ese once tipo -ha sido titular en cinco de los últimos seis partidos-, es el número 35 en remates en esta Liga después de once jornadas disputadas, con catorce, uno de media por encuentro. Este domingo jugó, combinó y se movió bien, pero sin opción de gol, porque no dispuso de ocasiones.
En ese partido, el equipo dio 599 pases, más de cien por encima de su media este curso, y puso 51 centros al área, pero apenas conectó remates en dirección a la portería contraria. Es el cuarto conjunto de la Liga que más pases da (5.393), por detrás de Barcelona, Real Madrid y Celta, pero el séptimo en tiros a puerta, según las estadísticas de la Liga de Fútbol Profesional.
Ha lanzado 108 disparos, una media de diez por encuentro, por detrás de Real Madrid (188), Barcelona (153), Celta (137), Sevilla (120), Rayo Vallecano (112) y Deportivo de La Coruña (112), para sumar dieciséis goles, el sexto mejor registro de tantos en esta Liga, superado por Madrid (26), Barça (25), Celta (22), Athletic (18) y Sevilla (17) e igualado con Valencia, Eibar y Deportivo.
«Me preocuparía que el equipo no tuviera la insistencia que tuvo, me preocuparía que el gol no se hubiese festejado como se festejó, me preocuparía que entre Savic y no haya jugado bien, me preocuparía que Gámez de repente entre a jugar y no jugara bien… Estamos bien», recalcó Simeone. Iñaki Dufour
