Houston (EEUU), 13 nov (EFE).- No llega la selección de Estados Unidos al inicio de la fase clasificatoria de la Concacaf para el Mundial de Rusia 2018 con los mejores resultados ni rendimiento en su juego.
Pero el entrenador alemán Jurgen Klinsmann, responsable del equipo de las Barras y las Estrellas, no siente ningún tipo de presión ante el partido que disputen esta noche en el Bush Stadium de San Luis, donde se espera una asistencia de 44.000 espectadores, frente al débil combinado nacional de San Vicente y las Granadinas.
El convencimiento que tiene Klinsmann en el triunfo le ha llevado a prescindir de jugadores como Clint Dempsey y ha optado por la llamada de los jóvenes valores que espera puedan mostrar el potencial que poseen de cara a integrar el equipo nacional que primero consiga la clasificación a la Copa del Mundo.
«Es el momento de darle una oportunidad a los jugadores jóvenes que tenemos en mente de cara a estar en el primer equipo», valoró Klinsmann ante los periodistas. «Tenemos que trabajar con ellos».
Klinsmann reconoció que habrá cambios en la alineación, pero al final será también competitiva y con el único objetivo de salir al campo en busca de la victoria.
«Sólo si se les da oportunidad y minutos en el campo, vas a ver si son capaces de intensificar su rendimiento y mostrar la clase que poseen», destacó Klinsmann. «Creemos que están listos».
Estados Unidos está 1-4-1 en sus últimos seis partidos, perdió ante Costa Rica, México, Brasil y Jamaica. Los estadounidenses han perdido tres partidos consecutivos en casa por primera vez desde 1997, reiniciando los reclamos sobre Klinsmann y cuestionando su labor al frente de todo el programa de selecciones nacionales.
«Nos hemos preparado bien, hicimos nuestra tarea», destacó Klinsmann. «No vamos a subestimarlos, ni siquiera un segundo».
Por su parte, el capitán del equipo, el centrocampista Michael Bradley, está convencido que la llegada de nuevas caras al equipo será beneficiosa para todos.
«Es importante tener nueva sangre, algunas caras nuevas», analizó Bradley antes del entrenamiento con el equipo realizado en el Busch Stadium, de San Luis, donde se va a disputar el encuentro. «Es fundamental en cualquier equipo la llegada de nuevo talento de cara a encontrar el equilibrio correcto».
Entre las caras nuevas que podrían hacer su debut con la selección se encuentran Darlington Nagbe, de 25 años, centrocampista de los Timbers de Portland y se convirtió en ciudadano americano el pasado septiembre.
El defensa Matt Miazga, de 20 años, que juega con los Red Bulls de Nueva York en la Liga Profesional de Futbol de Estados Unidos (MLS) y comenzó con la selección de Estados Unidos este año en el Mundial Sub 20 y con el equipo Sub 23 en el preolímpico.
«Estoy convencido porque lo siento que he madurado como jugador», declaró Miazga. «Es sin duda un paso adelante cuando estás rodeado de los mejores jugadores. Estoy deseando probarme en este nivel y competir con estos compañeros profesionales en la lucha por un puesto dentro del equipo titular».
Junto a Dempsey también quedaron fuera de la convocatoria de Estados Unidos para la fase de apertura de la clasificación el delantero Aron Johannsson, lesionado. Otros atacantes en la lista incluyen a Jozy Altidore, Alan Gordon, Bobby Wood, Gyasi Zardes y Jordan Morris, el más joven de todos, que está todavía con la Universidad de Stanford.
Estados Unidos se enfrentará a San Vicente y las Granadinas por primera vez en su historia. El país caribeño nunca ha llegado a la ronda final de las eliminatorias mundialistas.
Todos los jugadores estadounidenses seleccionados son conscientes que lograr la clasificación al Mundial de Rusia 2018 dará comienzo un nuevo ciclo y la oportunidad de hacer mejor las cosas, pero para ello hay que haber bien las cosas desde el inicio del proceso.