Bogotá, 13 nov (EFE).- Tres jornadas después en unas eliminatorias marcadas por la ausencia obligada de grandes figuras y el lento regreso de otras, la selección de Ecuador mantuvo su paso perfecto a costa de Uruguay, que marchaba a su lado, y se benefició del daño que se causaron Chile, Brasil y Argentina al sacar empates.
Chile, que esperaba alcanzar en Santiago los mismos 9 puntos de Ecuador, debió conformarse con el 1-1 con Colombia, que se fue del estadio Nacional con 4 unidades, la sensación de que pudo ganar y la satisfacción de haber recuperado la memoria futbolística.
El superclásico sudamericano entre Argentina y Brasil, que se esperaba el jueves, fue aplazado por lluvia y hoy, con el empate 1-1 en el estadio Monumental, las dudas no quedaron despejadas y ambas formaciones ratificaron su decepcionante condición de actores secundarios en las eliminatorias.
La Albiceleste, en su peor comienzo y con bajas sensibles como las de Lionel Messi, Sergio Agüero y Carlos Tevez, llegó a 2 unidades que apenas le alcanzan para ser penúltimos, apenas un escalón arriba de Venezuela, en tanto que Brasil, que poco convence con su fútbol a pesar de contar con la vuelta de Neymar en una noche muy discreta, apenas suma 4.
Si Colombia elevó el valor de sus acciones con una destacada presentación ante el campeón de la pasada Copa América, Bolivia ganó aire y sus primeros tres puntos en los 3.640 metros de altitud de La Paz al vapulear por 4-2 a Venezuela que, con tres derrotas seguidas y su técnico Noel Sanvicente en capilla, cayó al último puesto.
También bajo sospecha llegó a su tercer partido el seleccionador de Perú, el argentino Ricardo Gareca. El debut con derrota en Colombia era previsible pero no la caída en Lima ante Chile. Hoy, de nuevo en casa, alcanzó su primer triunfo a expensas de Paraguay, que venía con el viento a favor con 4 enteros.
Jefferson Farfán señaló la victoria y con tres puntos cazó en la cima de la clasificación de goleadores al ecuatoriano Felipe Caicedo y los chilenos Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.
La selección de Ecuador, que hace cinco meses estaba relegada al oscurantismo por su pobre campaña en la Copa América, hoy vive un renacimiento bajo el mando de Gustavo Quinteros y con un bloque de jugadores físicamente potentes, veloces y aplicados en lo táctico.
El jueves sumó un triunfo por 2-1 a su campaña victoriosa que comenzó con un inesperado 0-2 en Buenos Aires y continuó con un 2-0 sobre Bolivia.
La Celeste, que no había encajado goles en sus primeras dos salidas en las que derrotó por 0-2 a Bolivia y por 3-0 a Colombia, llegó a los 2.850 metros de altitud de Quito con su puertas mal cerradas, como estaba una compuerta del avión que trasladó al equipo desde Guayaquil a la capital ecuatoriana.
La anécdota del viaje para llegar hasta el estadio Atahualpa dejó algún susto entre la plantilla y, al final, un considerable retraso debido a que el despegue inicial fue abortado.
En la cancha, la solidez de la defensa fue sometida a un constante desgaste por parte de los potentes jugadores ecuatorianos, que obligó a talentos como Edinson Cavani, que regresaba al once tras una sanción, a jugar lejos del área rival para ayudar a marcar.
Para colmo Uruguay, por acumulación de tarjetas, se quedó sin su capitán Diego Godín para el compromiso del martes en Montevideo contra Chile, un partido rodeado de mucho morbo por los incidentes ocurridos en cuartos de final de la Copa América.
Como su próximo rival en las eliminatorias, Chile también perdió el paso perfecto, aunque al menos le quedó un punto, a pesar de contar con su elenco de gala a partir de Arturo Vidal, que marcó el gol, así como los artilleros Sánchez y Vargas.
James Rodríguez reapareció con Colombia y fijó el empate en Santiago, aunque de cara al encuentro con Argentina de este martes en Barranquilla el entrenador José Pekerman ya sacó de su manga dos nuevas cartas ofensivas: Luis Fernando Muriel y Jackson Martínez.
El entrenador Julio César Baldivieso ha pedido a sus rivales no soslayar las aspiraciones de Bolivia en tanto que su colega venezolano Noel Sanvicente busca recuperarse del espanto de haber enlazado su tercera derrota.
Y mientras comienza a crecer la corriente que pide la cabeza del técnico de la Vinotinto, el fútbol puede estar dejándole la gran oportunidad de alcanzar el desquite y enderezar el rumbo cuando reciban el martes nada menos que a Ecuador, el líder que pocos esperaban.