A Coruña, 16 nov (EFE).- Luis Alberto Romero, centrocampista del Deportivo, se ha reincorporado este lunes a la disciplina del conjunto coruñés en el primer entrenamiento de la semana, en el que el portero Fabricio Agosto y el defensa Alberto Lopo han retomado la preparación con el grupo tras haber mejorado de sus respectivas lesiones.
Después de dos días de descanso, el Deportivo ha empezado a preparar en la ciudad deportiva de Abegondo el derbi gallego del próximo sábado en el estadio de Riazor con más efectivos que la semana pasada.
Entre ellos, el centrocampista Luis Alberto, que a principios de mes viajó a Inglaterra para ser tratado por el club al que pertenece, el Liverpool, de unas molestias en la zona inguinal.
El jugador andaluz, que ha disputado ocho de los once partidos de la Liga BBVA, ha regresado de su concentración en Liverpool y se ha reincorporado a los entrenamientos del Deportivo, aunque todavía al margen del grupo.
Su compañero Lucas Pérez pronosticó que Luis Alberto, que se perdió por lesión el compromiso ante el Levante antes del parón del campeonato, se entrenará mañana, martes, ya con sus compañeros.
Con ellos han retomado el trabajo el portero Fabricio Agosto, que sigue progresando hacia el alta médica tras una lesión de rodilla que le ha impedido competir esta temporada, y Alberto Lopo, que fue baja ante el Levante por una lesión muscular de grado I en el gemelo interno de la pierna izquierda.
El central catalán estará, en principio, a disposición de su entrenador, Víctor Sánchez del Amo, ante el Celta, al igual que otros jugadores que arrastraron molestias la semana pasada, caso de Pedro Mosquera, con problemas musculares; Lucas Pérez, con una contusión en la rodilla; y el argentino Fede Cartabia, con dolor de espalda.
Víctor Sánchez del Amo está pendiente del internacional costarricense Celso Borges, que en las próximas horas será sometido a pruebas médicas para confirmar el diagnóstico de la lesión que se produjo con su selección ante Haití, una fractura en el quinto metatarsiano que puede mantenerle alejado de los terrenos de juego más de dos meses.
