Quito, 17 nov (EFE).- Como tantos de los niños que buscan abrirse paso en la vida a través del fútbol, los hermanos Alex y Miller Bolaños han dado los pasos precisos y ahora están haciendo historia familiar por el impacto que van alcanzando con Ecuador en las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Rusia 2018.
No solo el vínculo sanguíneo los une, sino que el buen desempeño de ambos en el fútbol ha ocasionado que el técnico de Ecuador, el argentino naturalizado boliviano Gustavo Quinteros, los junte también en la selección.
Alex y Miller comenzaron sus carreras en la escuela de fútbol ‘Caribe Junior’, donde también arrancó Luis Antonio Valencia, actual refuerzo del inglés Manchester United.
Tanto Alex como Miller dejaron impresos sus nombres en la Copa Sudamericana y en la Recopa Sudamericana del año 2009, que ganaron con Liga de Quito.
Alex, de 30 años, saltó primero al profesionalismo, pero es Miller, de 25 años, el que más ha sobresalido por sus goles y actuaciones a nivel internacional en Copa Sudamericana, Copa Libertadores y ahora como titular de la selección ecuatoriana.
Miller, que militó en el estadounidense Chivas USA en el 2012, es actualmente el segundo máximo goleador histórico de la Copa Sudamericana, con 13 tantos, tres menos que el uruguayo naturalizado paraguayo Hernán Rodrigo López.
Para la historia de vida de la familia Bolaños Reascos quedará grabada la actuación de sus dos integrantes durante los segundos 45 minutos en el reciente triunfo ecuatoriano por 2-1 sobre Uruguay.
Los días del actual goleador del campeonato ecuatoriano, con 21 tantos con la camiseta de Emelec, parecen estar contados con ese club por los requerimientos de equipos del exterior, mientras Alex continuará en Aucas y analiza también varias propuestas, pero de clubes locales.
Sin embargo, no todo ha sido color de rosa en la vida de los Bolaños. Miller estuvo suspendido a nivel local por dar positivo en un control antidopaje en el 2007, y al año siguiente Alex fue detenido y pasó un año en prisión por la muerte del conductor Gerardo Quezada, con cuyo carro chocó cuando manejaba el suyo en estado etílico, según informes policiales.