Ginebra, 3 dic (EFE).- Las detenciones de los presidentes de la Confederación Centroamericana de Fútbol (Concacaf), Alfredo Hawit, y de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Juan Ángel Napout, confirman la necesidad de completar el programa de reformas de la FIFA, dijo hoy su presidente, Issa Hayatou.
«Hoy hemos dado un gran paso en este sentido porque el Comité Ejecutivo ha aprobado un número de propuestas para lograr el cambio radical y necesario en la estructura de la FIFA, en sus operaciones y procedimientos», dijo el responsable.
Hawit y Napout, quienes a la vez son vicepresidentes de la FIFA, fueron detenidos a primera hora de este jueves en Zúrich por la policía suiza, a petición de Estados Unidos, que les acusa de formar parte de una red de corrupción en la organización deportiva.
«Estas reformas son claras y son sólo el inicio del cambio de cultura en la FIFA», comentó Hayatou en una rueda de prensa en la que se explicaron las reformas que deberán ser objeto de una aprobación final en el Congreso de la FIFA convocado para febrero próximo.
En esa reunión participarán todas las asociaciones nacionales de fútbol, las que elegirán al sucesor de Josep Blatter, actualmente suspendido por un periodo de noventa días debido un pago irregular realizado al también suspendido presidente de la UEFA, Michel Platini.
Según el presidente interino de la FIFA, el paquete de reformas aprobadas unánimemente por el Comité Ejecutivo garantizará una mejor gobernabilidad, transparencia y responsabilidad.
Agregó que de los candidatos a presidente de la FIFA se espera justamente que expongan sus planes y los pasos que darán en ese sentido.
En la misma rueda de prensa, el presidente del Comité de Reforma 2016 creado en agosto tras destaparse el escándalo de corrupción en la FIFA, François Carrard, presentó en detalle el conjunto de reformas aprobadas.
La más significativa es la creación de un Consejo que reemplazará al actual Comité Ejecutivo, con un modo de elección de sus miembros más democrático, que serán más y podrán servir por mandatos limitados.
Sus integrantes serán 36, de los que -por un sistema de cuota- al menos seis serán mujeres, una por cada confederación de fútbol.
Carrard recordó que el actual estatuto establece que el Comité Ejecutivo puede contar con sólo una mujer entre sus miembros, lo que consideró como «obsoleto».
Esta nueva instancia tendrá como su función principal definir las políticas y estrategias de la organización deportiva mundial, pero no se inmiscuirá en las funciones de gestión, en el «día a día», que continuará a cargo del secretario general.
Otra gran novedad es que sus integrantes serán directamente elegidos por las asociaciones nacionales de fútbol, mediante un procedimiento electoral que será regulado y supervisado por la FIFA, y será idéntico en todos los continentes.
Asimismo, se creará un comité en el que todos los involucrados en la vida de la FIFA -entrenadores, clubes, ligas y jugadores- estarán representados.
Carrard dijo que todavía no se ha decidido la forma en que podrían participar en este mismo segmento los patrocinadores comerciales de la FIFA.
Otro aspecto que no existía antes es que las remuneraciones de todos los altos responsables de la FIFA serán públicas y se reforzará el control sobre los recursos financieros que entran y salen de la organización.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, Hayatou tuvo que hacer frente a numerosas preguntas relacionadas con la corrupción en la organización, su propia implicación en ella tras muchos años como miembro del Comité Ejecutivo y las detenciones horas antes de Hawit y Napout.
El presidente interino de la FIFA dijo que esta institución «no controla ni a la justicia de Estados Unidos ni de Suiza» y que las investigaciones en curso «no significan que no podamos avanzar en nuestra reforma».
Sobre su supuesta complicidad en la corrupción que le increpó un periodista en la sala, respondió: «no estaría aquí si fuese así. Yo nunca recibí un dólar o un euro por votar por nadie para la organización del Mundial de Fútbol (de Catar)».
«Hay individuos que han mostrado un comportamiento negativo, pero esto no se puede generalizar. La FIFA no es corrupta», añadió.
Sobre las decisiones adoptadas hoy, dijo que a pesar de la ausencia de Hawit y Napout, dos miembros del Comité Ejecutivo, hubo el quorum necesario y que este hecho «no podía paralizar todo».