Berlín, 6 mar (EFE).- El ex internacional alemán Franz Beckenbauer insiste, en una entrevista que publica hoy el dominical «Bild am Sonntag», en que la sede del Mundial 2006 no se obtuvo pagando sobornos y da algunas explicaciones a los pagos dudosos encontrados por una investigación independiente.
El bufete de abogados Freschfields, comisionado por la Federación Alemana de Fútbol (DFB) llegó a la conclusión de que no había pruebas de que hubiera habido compra de votos pero que esto tampoco podían descartarse y registró algunos movimientos de dinero extraños a través de una cuenta de Beckenbauer.
En la entrevista con «Bild am Sonntag», Beckenbauer se refiere a un giro de 10 millones de francos suizos realizado desde una cuenta que tenían conjuntamente él y su asesor Robert Schwann y con destino a una empresa qatarí, propiedad del exfuncionario de la FIFA Mohamed bin Hammam, suspendido de por vida por corrupción.
Beckenbauer asegura, en primer lugar, no haber sabido nada de ese giro -lo que es puesto en duda en el informe Freschfields- y explica que Schwann, ya fallecido, se encargaba de buena parte de sus asuntos.
«Los documentos a los que he tenido acceso muestran que había una cuenta a nombre de Robert Schwann y a mi nombre. Pero hay que tener en cuenta que Robert se encargaba de todos mis asuntos: desde el cambio de una bombilla hasta contratos importantes», dijo.
Beckenbauer además repite la versión de que el giro realizado era una garantía para que la FIFA le diera a Alemania una ayuda de 250 millones de euros.
«Que el dinero haya ido a Qatar es algo que sólo supe el miércoles pasado», aseguró Beckenbauer.
La historia previa, en la versión de Beckenbauer, es que había habido un atasco en las negociaciones entre la DFB y la comisión de Finanzas de la FIFA para obtener una ayuda ante lo cual el procuró sacarlas adelante.
«En una conversación con Sepp Blatter el me dijo que recibiríamos la ayuda y que sobre el monto teníamos que negociar con la comisión de finanzas», dijo Beckenbauer.
En ese momento, Bin Hammam era vicepresidente de la comisión de finanzas y un representante de la candidatura alemana, Fedor Radmann, habló con él. Según Beckenbauer, en ese momento no había motivos para dudar de la integridad de Bin Hammam
«La noticia que trajo a la vuelta fue que recibiríamos una ayuda de 250 millones de francos pero que debíamos dar una garantía de 10 millones de francos. Quedamos felices y no nos preguntamos para qué era el dinero», explicó el «Kaiser».
Beckenbauer habló entonces con el presidente de la DFB de la época, Gerhard Meyer Vorfelder.
«Me dijo que la DFB no estaba en condiciones de dar la garantía. Yo hablé entonces con Robert Schwann y dije que yo iba a aportar el dinero. El me dijo que no lo hiciera y que el se encargaría del asunto y con eso el tema quedó liquidado para mí», dijo Beckenbauer.
Schwann murió pocos días después de realizado ese giro.
Beckenbauer remata la entrevista diciendo que las discusiones actuales no ponen en cuestión lo que él ha logrado en su vida.
«Fue campeón del mundo como jugador y como entrenador, ayudé a que el Mundial de 2006 se jugara en Alemania y fue un éxito», dijo.