Querétaro (México), 2 abr (EFE).- Durante 70 minutos de juego y en una reñida serie de penaltis, los veteranos del Barcelona y de la selección mexicana lucieron la calidad que los hizo destacar en un amistoso en el estadio La Corregidora del central estado de Querétaro.
El «Partido de Leyendas», nombre del encuentro en que México se impuso por 2-0 al Barcelona, fue una lección en la que los protagonistas, todavía con bastante fútbol en sus pies, demostraron por qué destacaron en este deporte.
«El Barcelona está iniciando un nuevo plan, abriendo una ‘pata’ más dentro de las actividades de la institución. Estamos empezando a crear una nueva vía con exjugadores. Ha sido una gran experiencia y el nivel de fútbol es bueno», dijo José María Bakero, técnico del Barcelona, en la conferencia de prensa posterior al partido.
Una presentación de luz y sonido y rematada con fuegos artificiales fue la bienvenida para ambos equipos, que convocaron a unos 15.000 aficionados.
México, por medio de Miguel Zepeda, arrancó los primeros aplausos de la tribuna cuando firmó la ofensiva con la que se inició el partido con una vaselina en la que el balón impactó en el travesaño de la meta del portugués Vítor Baía, portero del Barcelona.
Luego, el propio Baía detuvo, con agilidad y destreza, un remate del mexicano Francisco «Kikín» Fonseca.
Por el Barcelona Gaizka Mendieta respondió con un disparo cruzado que se fue largo a unos pasos del poste derecho de la portería del mexicano Adolfo Ríos.
Precisamente Mendieta calificó de «importante» el partido «no solo para jugadores sino también para veteranos».
«En este tipo de partido nos volvemos a sentir jugadores. Pasamos un buen rato y compartimos experiencias con compañeros, y tenemos la posibilidad de jugar con futbolistas que no tuvimos oportunidad en nuestra etapa profesional, y para el aficionado es bueno ver juntas a tantas estrellas», declaró el también embajador de La Liga.
Durante el partido el portero mexicano se encargó de presionar al búlgaro Hristo Stoichkov, quien dentro del área engañó al portero y lo sacó de su zona pero en lugar de rematar dejó el balón para que uno de sus compañeros pateara el balón, sin anotar.
En el minuto 14 del partido se le rindió tributo, con un minuto de aplausos, al holandés Johan Cruyff, quien falleció el pasado 24 de marzo en Barcelona, club con el que fue campeón como jugador y técnico.
Las oportunidades y los avances ocurrieron de forma alternada, pero los mexicanos por estar en casa y mejor aclimatados contaron con mejores oportunidades, como en la que Ramón Ramírez eludió a un defensa dentro del área y pateó con la derecha para estrellar el balón en el ángulo izquierdo de la meta de Baía.
En el último minuto del primer tiempo, el mexicano Fernando Salazar remató el balón dentro del área y venció a Baía, pero el árbitro invalidó el tanto debido a una falta previa.
Tanto la selección mexicana, con cinco jugadores en el banquillo, como el Barcelona, con cuatro, ocuparon a todos los jugadores y cumplieron con sus respectivas sustituciones dirigidas por los técnicos Jorge Campos, por México, y José María Bakero, por el Barcelona.
«Es emocionante regresar; es muy especial jugar este tipo de partidos. La mayoría de los jugadores fueron figuras en sus equipos y hoy disfrutamos mucho la experiencia», indicó Campos ante los medios de comunicación.
En el segundo tiempo, el mexicano Daniel Osorno entró para darle movilidad a la ofensiva local y dio el pase, desde la izquierda, para que Jared Borgetti, todavía el mejor goleador de la selección mexicana con 46 goles, empujara el balón con la pierna derecha, a unos pasos de la línea de meta, para batir al portero del Barcelona en el minuto cinco.
Osorno se internó nuevamente por la izquierda y disparó con potencia, pero Baía tapó el remate y salvó su meta.
Precisamente fue Osorno quien definió el partido en el minuto 25 de la segunda parte cuando, al disputar un balón en los tres cuartos de cancha, la defensa y el portero del Barcelona se equivocaron y dejaron el esférico suelto que pateó el mexicano desde afuera del área con la meta sin custodia.
Con su destacada actuación, Osorno se acreditó el trofeo del Mejor Jugador del Partido.
Antes el Barcelona, por medio del nigeriano Haruna Babangida, se acercó al gol cuando el delantero levantó el balón ante la salida del portero mexicano Ríos y prácticamente sobre la línea de meta el defensa Omar Briceño despejó la bola.
Otra salvada sobre la línea de meta fue del mexicano Mario Méndez tras un remate en el área chica del portugués Fernando Couto.
En la serie de penaltis, una actividad extra y sin relación con el marcador del partido, participaron todos los jugadores y los mejores fueron los locales, quienes levantaron el trofeo en disputa.