Leo Messi ya se comporta como si fuera un exjugador del Barcelona. Ayer no se presentó en la Ciudad Deportiva para pasar las pruebas PCR a las que había sido convocado como miembro de la plantilla azulgrana que entrenará Ronald Koeman.
Tampoco tiene previsto acudir hoy al entrenamiento inaugural de la pretemporada 2020-2021. El excapitán barcelonista considera que su contrato se ha extinguido después de comunicar al club el pasado lunes por vía del burofax que se acogía a la cláusula de escape contemplada en el contrato firmado en 2017 y con vencimiento en 2021.
El programa El Larguero de la cadena SER informó el sábado por la noche que el jugador argentino no estaría obligado a pagar la cláusula de 700 millones anunciada en su acuerdo de 2017. La noticia subraya que Messi firmó una renovación por tres temporadas, hasta 2020, más una opcional, con final en 2021. La sorpresa es que la cláusula de 700 millones solo sería efectiva hasta 2020 y no durante el último ejercicio futbolístico 2020-2021, el que va a comenzar, momento en el que desaparecería la obligación y Messi sería libre si rompe el acuerdo, extremo al que ya se ha acogido y ha comunicado al Barça.