Cuando se construyó la Fuente de la Cibeles en el centro de Madrid en 1782, nadie sabía que un par de siglos más tarde se convertiría en el punto de encuentro de los aficionados del Real Madrid después de cada consecución de un trofeo. Sin embargo, eso es exactamente lo que pasó. Ahora, cuando el Real Madrid consigue un título importante, los aficionados se reúnen en la fuente y los jugadores también la visitan para poner una bufanda y una bandera del Real Madrid alrededor del cuello de la diosa Cibeles.
Debido a las circunstancias excepcionales por la crisis del coronavirus, no fue posible celebrar tal acontecimiento cuando el Real Madrid consiguió su 34º título de LaLiga el 16 de julio al derrotar al Villarreal CF por 2-1. El club anunció que no acudiría y las autoridades locales también instaron a los aficionados a mantenerse alejados de la Fuente de Cibeles y de la Plaza de Cibeles en caso de victoria. Los aficionados mostraron un comportamiento ejemplar al seguir ese consejo.
Todos los demás títulos de los Blancos desde mediados de los años 80 han sido celebrados con una gran fiesta frente a la diosa griega. Antes de eso, pequeños grupos de aficionados del Atlético de Madrid y del Real Madrid acudían a la Plaza de Cibeles a la hora de celebrar grandes éxitos, dado lo céntrica que es esta plaza. Se cree que la primera ocasión en que se celebró esta fiesta fue después de que el Atleti ganara la final de la Recopa de Europa de 1961/62 contra la Fiorentina, antes de que los aficionados de los dos clubes de la capital y de la selección española se reunieran en la fuente para celebrar otras importantes victorias en los años siguientes.
Sin embargo, fue durante la época de la Quinta del Buitre cuando se consolidó realmente como una tradición del Real Madrid, ya que ganó el título de LaLiga Santander durante cinco años consecutivos, en 1985/86, 1986/87, 1987/88, 1988/89 y 1989/90.
La sequía de trofeos por parte del Atleti en los años 80 y la adicción por parte del Real Madrid a ganarlos, hicieron de la diosa una madridista de por vida. Cuando el Atlético de Madrid empezó a ganar de nuevo, con un par de títulos de la Copa del Rey en 1991 y 1992, sus aficionados decidieron bajar 500 metros por el Paseo del Prado hasta la Fuente de Neptuno. Dejaron la Cibeles exclusivamente para los Blancos.
Desde entonces, aquí es donde aficionados y jugadores se han reunido para sus celebraciones. Son los capitanes quienes tienen el honor de vestir a la Cibeles con los colores del Real Madrid después de una victoria, y Sergio Ramos ya lo ha experimentado en varias ocasiones, habiendo ganado numerosos trofeos desde que se convirtió en capitán en 2015.
«Es un amor platónico», dijo Ramos sobre su relación con la estatua de la diosa en un episodio de la serie ‘Informe Robinson’ de Movistar. «Pasar un momento con la Cibeles es como cuando vuelves a ver a tu madre después de estar dos o tres meses sin verla. Siempre que paso por la fuente, me quedo mirando la estatua mientras el semáforo esté en rojo».
Para Ramos y todos los que están vinculados al Real Madrid, la Cibeles siempre será especial. Un día en el futuro, cuando sea seguro volver a hacerlo, se reunirán allí para celebrar otro título.
