El astro brasileño Neymar dejó este sábado su mansión en el litoral de Río de Janeiro y embarcó en un avión particular con destino a Francia para reincorporarse a las actividades del París Saint Germain después del receso por el Año Nuevo.
«Para alegría de unos y tristeza de otros. Volviendo para casa. FR (Francia)», publicó en tono irónico Neymar en una foto dentro del avión que lo trasladaba a la capital francesa y después de la polémica por la fiesta de nochevieja que organizó en su mansión.
La fiesta, que según la prensa se hizo para 500 invitados y con un costo de 4 millones de reales (unos 800.000 dólares), fue para unas 150 personas, en su mayoría familiares y amigos próximos del jugador y cumpliendo «todos los protocolos sanitarios», según la empresa organizadora del evento.
Neymar llegó a comprar y adecuar un hangar desactivado para recibir en avionetas y helicópteros a los invitados, pues la ciudad de Mangaratiba, un paradisíaco balneario en la llamada Costa Verde del estado de Río de Janeiro, había prohibido la entrada y circulación de turistas para evitar la propagación de la covid-19.
El jugador publicó varias fotos con su familia y amigos más próximos en su residencia, pero de la fiesta mayor, que se realizó en un conjunto residencial contiguo, no se registraron imágenes, pues una de las condiciones para los invitados era no entrar con sus teléfonos móviles.
No obstante, algunos invitados publicaron imágenes supuestamente en los alrededores de la mansión y en algunas de ellas se ve a la modelo y cantante argentina Emilia Mernes, quien conoció al jugador en Miami y a la que la prensa del corazón la pone como su nueva novia, lo que no fue confirmado por ninguno de los dos.
La fiesta de Neymar causó revuelo en las redes sociales, con una gran mayoría en contra del futbolista, al considerar «inoportuno» realizar un evento con tantos invitados en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus, que ha dejado en Brasil más de 7,7 millones de casos confirmados y superado los 195.000 muertos