Los jugadores de la selección brasileña decidieron disputar la Copa América, que comienza en Brasil luego de que Argentina y Colombia desistieran del torneo, pese a su insatisfacción con el traslado de sede a un país en que la pandemia de Covid-19 sigue fuera de control.
La decisión de los jugadores de la Canarinha fue anticipada este lunes por diferentes portales deportivos de Brasil, que no citan fuentes y según los cuales los jugadores divulgarán un manifiesto el martes tras el partido con Paraguay en Asunción por las eliminatorias mundialistas.
En dicho manifiesto, según los medios, los brasileños dejarán clara su insatisfacción con el traslado de sede de la Copa América a un país en que los índices de contagios de Covid-19 siguen fuera de control y con la forma como fueron comunicados -como una imposición- de que disputarían el torneo en el país.
De acuerdo con los portales deportivos, pese a que los brasileños defendían un boicot a la Copa América, la decisión de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) de suspender temporalmente de su cargo al presidente de la entidad, Rogerio Caboclo, por una acusación de asedio sexual, al parecer calmó la tensión existente.
Versiones de prensa indican que la suspensión de Caboclo mejoró el ambiente en el seno de la Verdeamarela, ya que el dirigente amenazaba con destituir al técnico de la selección brasileña, Adenor Leonardo Bacchi ‘Tite’, por respaldar la posición de los futbolistas.
El presidente en ejercicio de la CBF al parecer ya entró en contacto con la comisión técnica para confirmar a sus miembros en los cargos e intentar mejorar el diálogo y el ambiente entre las partes.
Además del malestar por la forma como la CBF decidió asumir la organización de la Copa América en forma secreta y cómo intentó imponer su decisión a los jugadores, los brasileños también están insatisfechos con el traslado de la sede al país pese a la situación sanitaria del país.
Brasil, uno de los países más castigados por el Covid-19 en el mundo, el segundo en número de muertes y el tercero en número de contagios, está amenazado con una tercera ola de la pandemia precisamente en las semanas en que se disputará la Copa América y sigue sin controlar el avance de la enfermedad.
En la decisión de disputar la Copa América los brasileños al parecer tuvieron en cuenta la falta de consenso de los jugadores de otras selecciones, con los que entraron en contacto para intentar elevar el apoyo al boicot.
Los contactos y negociaciones con capitanes de las otras selecciones no fructificaron y al parecer ninguno quiso adherir al movimiento impulsado por los brasileños, de acuerdo con las conjeturas que se tejen en la prensa local.
Igualmente pesaron criterios técnicos ya que la Copa América le permitirá a Tite tener a sus órdenes por más de un mes a sus jugadores para entrenarlos para los siguientes partidos de las eliminatorias al Mundial de Qatar 2022, que es la prioridad de la Canarinha.