Un gol de Gerard Piqué en la primera parte dio la victoria por la mínima al Barcelona ante el Dinamo de Kiev (1-0) y mantiene con vida al conjunto azulgrana en la Champions League, donde logró sus primeros puntos en un partido que mereció ganar, pese a protagonizar otra actuación más que discreta.
El Barça fue muy superior al joven equipo de Lucescu, incapaz de poner en aprietos a Ter Stegen, pero que logró mantenerse con opciones de puntuar en el Camp Nou hasta el final y que fue ganando en confianza a media que la escuadra catalana, falta de chispa y de recursos, se dejó invadir por el tedio hasta contagiar a su afición.
⏰ Final del partido
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) October 20, 2021
⚽ #BarçaDynamo (1-0)
👟 Piqué pic.twitter.com/7QVZ46xikO
Koeman volvió a apostar por Dest de extremo derecho en el 4-3-3 que había probado con éxito ante el Valencia, pero esta vez el estadounidense contó como compañeros en el tridente ofensivo con Memphis y Luuk de Jong en lugar de Ansu Fati, una diferencia más que sensible respecto al último encuentro liguero.
Aún así, De Jong tuvo dos ocasiones para adelantar a su equipo en el primer tiempo. Primero, cabeceó el balón inexplicablemente fuera cuando estaba solo frente a Bushchan. Y poco después, el meta del Dinamo volaba hacia el palo izquierdo para desviar un remate desde la frontal del delantero neerlandés.
Dest también tuvo un par de oportunidades claras para batir al conjunto ucraniano: un remate de cabeza muy forzado en la primera jugada del partido y un disparo a bocajarro que Bushchan tapó para impedir el gol.
Casi todas esas jugadas de gol tuvieron su origen en las botas de Jordi Alba, cuyos centros desde la banda izquierda se convirtieron prácticamente en el único recurso del Barça para fabricar algo de fútbol antes del descanso.
Pasaba ya media hora de partido y Koeman empezaba a perder la paciencia ante la falta de puntería de su equipo. Así que llamó a calentar a Ansu Fati y Coutinho ante el júbilo del Camp Nou.
Pero ambos apenas habían empezado a correr la banda cuando aparecía Piqué para rematar, tirándose al suelo y conectando violentamente con la derecha, otro centro de Alba al fondo de la red.
Eso permitió a los azulgranas marcharse con ventaja al descanso ante un joven Dinamo demasiado exigido en balones por alto, que se pasaba el partido achicando balones para mantenerse a flote y que era incapaz de acercarse con peligro, ni si quiera tímidamente, a la portería rival.
Koeman dio entrada al descanso a Ansu Fati por Luuk de Jong y a Countinho por Mingueza, retrasando a Dest al lateral. El Barça ya tenía en el campo a sus dos mejores hombres contra el Valencia, pero solo se notó al principio de la segunda mitad.
Ansu, uno de esos pocos jugadores que parece tocado por una varita mágica, creó de la nada la primera jugada de peligro del conjunto azulgrana tras la reanudación.
El hispano-guineano presionó la salida de Bushchan forzando un error en el control del portero que acabaría con el balón en las botas de Memphis. Este, desde el suelo, se lo cedía al nuevo ’10’ del Barça, que intentaría batir al meta del Dinamo en una acción acrobática, de espaldas al marco, que no encontraba la puerta visitante.
Countinho también lo probaría en un par de disparos altos, pero ahí acabó el caudal ofensivo local en el segundo tiempo. El conjunto ucraniano, cada vez mejor colocado en el campo, lo intentó hasta el final e hizo recular en varias transiciones rápidas al Barcelona. Sin embargo, no llegó a disparar entre los tres palos en todo el partido.
Eso le salvó al Barça, que no acabó pidiendo la hora, pero sí pitado por parte del Camp Nou, que ni siquiera pudo consolarse con la entrada de Agüero en la recta final. Y es que, con el Kun en el campo, tampoco pasó nada que la grada pueda recordar.