Weston McKennie, Walker Zimmerman y Christian Pulisic aportaron los goles de Estados Unidos, que dio otro paso hacia su retorno a un Mundial, al aprovechar las condiciones gélidas para aplastar el miércoles 3-0 a una Honduras inoperante.
McKennie abrió el marcador a los ocho minutos, Zimmerman amplió a los 37 y Pulisic, quien comenzó el duelo en la banca, completó la goleada a los 67 en el Allianz Field.
“Es mi responsabilidad ingresar y marcar una diferencia. Me alegra haberlo hecho”, dijo Pulisic.
El partido comenzó con una temperatura de unos 16 grados bajo cero (3 Fahrenheit). Cuando concluyó, el termómetro había caído a 18 bajo cero (1 Fahrenheit).
Esas temperaturas infringieron las reglas de la propia Federación Estadounidense sobre las condiciones seguras para disputar un partido.
“Hacía frío ahí. Estoy ansioso por volver a los vestuarios”, dijo Pulisic.
Si el delantero del estado de Pensylvania padeció las condiciones meteorológicas, los hondureños vivieron un calvario.
“El fútbol no es para sufrirlo, tengo en el camerino a todos los muchachos con malestar, jugadores con suero”, aseguró el técnico Hernán Darío Gómez.
La selección estadounidense llegó a 21 puntos, uno por debajo de Canadá, que lidera el octagonal definitivo de la CONCACAF y visitaba a El Salvador.
Con tres unidades menos que los estadounidenses y con otro pasaje directo a Qatar marchaba México, que luego se medía con Panamá, poseedor actual del cuarto sitio, el cual otorga el derecho a disputar un repechaje contra el líder de Oceanía.
En busca de reivindicarse tras el bochorno que le supuso quedar fuera de Rusia 2018, Estados Unidos cerrará su eliminatoria con una triple fecha en marzo. Visita a México el 24, recibe a Panamá el 27 y jugará en Costa Rica el 30.
Los dirigidos por el colombiano “Bolillo” Gómez, ya sin aspiración alguna de acudir al Mundial, ocupan el último puesto del octagonal, con apenas tres puntos en 11 fechas.
La selección catracha no inquietó una sola vez al arquero estadounidense Matt Turner.
Pese a la temperatura, 19.202 espectadores llenaron el graderío.