El Sevilla se volcó en pos del empate, pero sin ideas, ni magia ni alma ni efectividad
Fue tras un saque de banda desde la izquierda y un cambio de juego de Koke, el timón de este Atlético ordenado, muy sólido. Llorente controló en la zona derecha de la frontal del área, se deshizo con un quiebro del brasileño Alex Telles, que acababa de entrar por el lesionado Rekik,
y marcó el 0-1 con un preciso tiro cruzado.
Tras el descanso, Lopetegui movió el árbol para revertir la situación como fuera y pasó a una zaga de tres (Carmona, Gudelj y Nianzou) con la entrada de Jesús Navas por Kike Salas y del croata Rakitic por un Delaney ausente. Pero nada cambió, el Atlético siguió con su dominio, sin pasar apuros por su férrea y acertada defensa, y asustando de vez en cuando. Como un martillo pilón; sin prisas, pero sin renunciar a hacer daño al rival.
El Sevilla se volcó en pos del empate, pero sin ideas, ni magia ni alma ni efectividad, jamás encontraba el rumbo para poner en apuros a un conjunto colchonero superequilibrado,
con las ideas muy claras y que siguió a lo suyo.