La tragedia alcanzó su ápice cuando los hinchas «mataron a uno de los policías»
La tragedia alcanzó su ápice cuando los hinchas «mataron a uno de los policías», lo que llevó a una «dura respuesta» de los agentes, que lanzaron bombas de gas lacrimógeno contra la multitud y provocaron una estampida descontrolada que ha dejado a al menos 125 muertos, entre ellos 17 menores, y más de tres centenares de heridos.
«De repente, una nube de aquel humo tóxico se apoderó de todo el lugar. Y ahí se desató el caos. Muchas personas se cayeron, desmayaron, fueron pisoteadas, inhalaron todo ese humo», dice Santos.
«No teníamos a dónde escapar, estábamos esperando al momento en el que (los hinchas) vendrían a por nosotros. Fueron las peores horas de mi vida», agrega el futbolista, oriundo del sureño estado de Paraná y quien, a sus 32 años, defiende al club indonesio desde hace casi dos.