https://www.futbolmundial.com/ Un puñado de analistas, entrenadores y exjugadores apuntaban el dedo inquisidor contra Juan Carlos Osorio, director técnico de la Selección Mexicana. Se le criticaba por todo (como ahora con Gerardo Martino): la saña era digna de programas de farándula, pero él siempre se mantuvo al margen. En los buenos y malos momentos, el preparador colombiano se mantuvo alejado de las peleas.
Con esos antecedentes en la vitrina, la llegada de Osorio a la mesa deFutbol Picante, programa estelar de ESPN, resultó sorprendente. El timonel colombiano será analista invitado para el Mundial de Qatar 2022. En su programa de bienvenida ya resultó inevitable el bombardeo de cuestionamientos hacia su gestión al frente del tricolor. La tensión ha sido evidente desde el primer programa. «¿Está consciente de que el Mundial de 2018 fue un fracaso para México?», le preguntó David Faitelson, como para ir calentando motores.
Se reconoció que no alineó a los jugadores precisos para contrarrestar el juego aéreo de los escandinavos.
Osorio respondió, sin engancharse, que su principal aporte fue refrescar la baraja de jugadores: «Si lo analizo desde el punto de vista de la renovación, no. Este debería ser el Mundial (2022) para dar el salto de calidad». Tampoco tuvo empacho en reconocer sus errores en el partido contra Suecia, el tercero de la Fase de Grupos. «Me equivoqué. En el segundo tiempo contra Suecia cometí un grave error, de querer mantener la misma idea de juego: atacar, ir a buscarlos. No pensé en que ellos todo lo que les quedaba era ganar», señaló. Además, reconoció que no alineó a los jugadores precisos para contrarrestar el juego aéreo de los escandinavos.
Juan Carlos Osorio habló de lo que él considera uno de los principales contratiempos del futbol nacional: «Otro inconveniente del futbol mexicano es que es una liga con mucho dinero, y muchos jugadores prefieren quedarse acá o estar en la MLS, que estar en Europa y competir por un puesto. El jugador argentino, uruguayo, de eso vive: el reto es jugar en Europa y demostrar que son capaces. No es hambre físicamente, es hambre de triunfo». Y tampoco olvidó las críticas, que reiteradamente recibió. «Ese tipo de discrepancias, a veces generan estrés en algunas personas y terminan por alejarse».