https://www.futbolmundial.com/ A la cuarta fue la vencida. Atalanta, por fin, logró un título que coronara la brillante ‘era Gasperini’ tras tres finales coperas perdidas. La mejor etapa de un club centenario recibió su premio en Dublín cuando hicieron lo que pocos fuera de Bérgamo creían que podía hacer. Ganar al invencible Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Al partido 52 llegó su derrota… y la celebración ‘nerazzurra’ en el norte de Italia. Su segundo título, el primero desde la Coppa Italia de 1963.
Atalanta, o la ‘Dea’ (La Diosa), es un club familiar. Buen ejemplo fue ver al dueño aplaudiendo a la Curva en la previa del partido, antes de emocionarse y llorar al ver el camino recorrido. Los Percassi (liderados por Antonio, un ex futbolista que se transformó en empresario de éxito tras colgar las botas) han convertido un club de provincia (como ellos mismos se definían), en uno de los grandes de Italia.
Atalanta logró un título que coronara la brillante ‘era Gasperini’ tras tres finales coperas perdidas
Sin los recursos de Juventus, Inter o Milan, simplemente se dedicaron a hacer las cosas bien. Algo tan fácil de decir… y tan difícil de hacer. Consolidaron una de las mejores canteras del país, crearon una estructura directiva de élite y ficharon a un entrenador que los liderara al éxito: Gian Piero Gasperini. El de Grugliasco, alguien que fue echado a patadas del Inter por intentar revolucionar un club relajado tras el triplete de Mourinho, confirmó todas las buenas sensaciones que había mostrado en Génova. Y tras ocho años de halagos y elogios, recoge su medalla.
«Usar una defensa de tres hombres se consideró una herejía pero ahora todos quieren jugar como nosotros. Mi idea del fútbol es involucrar a todos y entrenamos mucho con el balón, ese es el tema principal», declaraba Gasperini hace años. Su equipo estuvo de ‘moda’ muchos años. Entre 2018 y 2021 fueron tres veces terceros en la Serie A, rozando el subcampeonato, en 2020 rozaron las semifinales de la Liga de Campeones en su debut, pero el PSG los dejó fuera en el descuento con dos goles de Marquinhos y Choupo-Moting.
Ahora, cuando muchos los habían olvidado, como si de un amor de verano se tratara, han vuelto. Gasperini creó una nueva obra, más completa y perfecta, adaptada a los tiempos de fútbol moderno. Menos divertida, más eficaz.