Bilbao, 6 nov (EFE).- El indiscutible buen momento de forma del Athletic Club se explica sobre todo por una buena labor colectiva, pero hay individuales que están brillando especialmente en sus respectivos roles, como Beñat en la dirección de juego, Raúl García mostrando liderazgo sobre el césped, Williams percutiendo una y otra vez sobre las defensa rivales y Aduriz marcando goles y más goles.
El Athletic presenta unos números excelentes desde que el 1 de octubre cayese -inmerecidamente- en Holanda ante el AZ Alkmaar en la Liga Europa. Desde entonces, ha sumados cinco victorias en seis partidos sin perder, las últimas cuatro consecutivas.
Con esos resultados, ha pasado de verse al borde del descenso en la Liga BBVA -decimoséptimo- a las puertas de Europa -octavo- y de haberse complicado la clasificación para los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League a tenerla más que encarrilada y además como campeón del Grupo L.
Un detalle de los cinco triunfos rojiblancos en los seis últimos partidos es que todos han sido por más de un gol (Valencia, 3-1; Partizan, 0-2 y 5-1; Sporting, 3-0; y Betis, 1-3). En el sexto también gozó de más de un gol de ventaja, 0-2, y hasta anularon el 0-3 equivocadamente antes de que un buen Deportivo le empatara el partido en el cuarto de hora final en Riazor.
Pero más que los resultados, lo que está llamando la atención de este Athletic es el juego que despliega, por momentos irrefrenable para unos rivales que no solo asumen la inferioridad en la derrota sino también el hecho de objetivamente, independientemente a lo sucedido sobre el campo, el conjunto bilbaíno les es superior.
En ese sentido, se enmarcan las palabras de los entrenadores del Sporting, Abelardo Fernández; Betis, Pepe Mel; y Partizan, Ljubinko Drulovic, tras sus respectivos enfrentamientos con el conjunto que dirige Ernesto Valverde por tercera temporada consecutiva y ya la quinta en el total de su carrera.
Las declaraciones de los técnicos rivales no hacen sino certificar las excelentes sensaciones que están dando los leones, arrolladores este año como hace dos temporadas cuando alcanzaron la Liga de Campeones y hasta parecidos a los de las dos finales de 2012 dirigidos por el singular Marcelo Bielsa.
Quizás lo que ha dado el ‘click’ que ha desatado en ocasiones, goles y victorias un juego hasta entonces sólido pero escaso de veneno y excesivamente dependiente del gol de Aritz Aduriz ha sido el regreso de Iñaki Williams tras los dos meses de baja por una lesión muscular de la que recayó.
Con el delantero de raíces africanas, el Athletic dispone de un juego al espacio y una velocidad en las transiciones que no ha hace sino elevar exponencialmente el juego combinativo e inteligente de Beñat Etxebarria y Raúl García.
Beñat está, sin duda, en el mejor momento tras su regreso en el verano de 2013 a Bilbao. No solo domina el juego y los tiempos como en su época del Betis, sino que lo hace al ritmo frenético que impone Valverde. Y además está empezando marcar goles con asiduidad en golpes francos en los que también habilita a los rematadores.
A Raúl García le ha costado muy poquito responder a las altas expectativas con la que llegó al Athletic, en el que ya ha dejado claro sobre el césped la cantidad de intangibles y goles que es capaz de aportar.
La llegada de Williams y la rápida integración de Raúl han beneficiado sobre todo a Aduriz, que se ha visto liberado de los estrechos marcajes a los que era sometido partido sí partido también. Y ha aprovechado ese aire para seguir en su increíble transformación a delantero total a punto de cumplir 35 años.
En los últimos encuentros, Aduriz ha sumado a su tremenda capacidad goleadora, traducida ya en 15 goles en lo que va de temporada, una capacidad para asistir y generar jugadas de peligro hasta ahora casi desconocidas.
Un ejemplo de ello, el 5-1 al Partizan, en el que se cambió los papeles con Williams y participó decisivamente en los cinco goles, aunque solo marcase uno.
Pero no se queda en el cuarteto Beñat-Raúl-Williams-Aduriz el buen momento del equipo bilbaíno, que tiene en Aymeric Laporte un poderoso baluarte en el centro de la defensa como iniciador del juego desde atrás, bien complementado con el ya internacional Xabi Etxeita y con otro internacional por delante, Mikel San José, en muy buena línea en el trabajo de presión que pide el técnico a todo el equipo y amenazador como pocos en las jugadas de estrategia.
También los laterales los laterales Oscar de Marcos y Mikel Balenziaga están pasando por su mejores momentos en esas posiciones; Markel Susaeta se ha recuperado de su mal año anterior y es uno de los jugadores más destacados en el global del curso, y Gorka Iraizoz, habitualmente con luces y sombras, pasa por una fase de cierta regularidad.
Y para posible contingencias, buen fondo de armario: el valiente Iago Herrerín, indiscutible portero titular en los torneos coperos, y jugadores con vitola de titulares castigados por las lesiones que volverán en breve, Ander Iturraspe, Mikel Rico e Iker Muniain.
También prometedores jóvenes del gusto técnico y que ya han demostrado maneras, Sabin Merino e Íñigo Lekue; y fichajes económicos y poco mediáticos que se están mostrando más que válidos como complemento, Javier Eraso, Eneko Bóveda y Gorka Elustondo.
A Valverde quizás le falte para la causa que el capitán Carlos Gurpegui recupere su cuerpo machacado por las lesiones para ser alternativa al centro de la defensa, que Ibai Gómez se vuelva a parecer al mejor goleador por minuto de toda la Liga BBVA que fue la temporada pasada y que Ager Aketxe mejore en lo físico para dirigir en ocasiones la ofensiva rojiblanca por detrás del delantero.
Menos se espera en el futuro inmediato de Borja Viguera y Kike Sola, este ahora lesionado, delanteros no demasiado del gusto de un técnico cada día mejor respondido por un once en impresionante velocidad de crucero bajo la dirección de Beñat, el liderazgo de Raúl García, la exuberancia de Williams y el gol de Aduriz. Ramón Orosa