Valencia, 8 nov (EFE).- El Valencia tomó oxígeno cuando parecía que empezaba a ahogarse en una crisis de juego, resultados y relaciones internas gracias a una contundente victoria en Vigo ante el Celta (1-5), que le permite afrontar con optimismo el periodo final del año, en el que deberá mostrar sus aspiraciones.
El desplazamiento a Vigo, para enfrentarse a un equipo que hasta el momento había demostrado en la Liga ser superior y estar más conjuntado que el Valencia, llegaba marcado por una situación difícil y los gritos contra el entrenador, Nuno Espirito Santo, como constantes de los últimos encuentros del equipo en Mestalla.
A ello se unía la deprimente imagen ofrecida el miércoles en Gante, donde una derrota por 1-0 en un pésimo partido privó al equipo de una clasificación casi matemática para los octavos de final de la Liga de Campeones, lo que le obligará a pelearla en los dos encuentros que le restan en la fase de grupos.
El escenario se completaba con el enquistamiento de la situación en torno al delantero Álvaro Negredo, que lleva varias semanas fuera de las convocatorias por decisión del técnico, lo que ha abierto una polémica en la que Nuno ha sido criticado a pesar de que cuando la adoptó el futbolista no estaba en su mejor momento.
Con ese panorama y en un ambiente poco propicio dio el Valencia un golpe sobre la mesa en Vigo en un partido en el que mejoró respecto al encuentro de Bélgica, aunque no fue superior al Celta en la primera parte.
Sin embargo, la efectividad de sus jugadores, capaces de convertir en gol casi todo lo que tocaron, y el segundo y el tercer tantos, psicológicos en los minutos 45 y 46 al final del primer tiempo y al inicio del segundo, fueron determinantes.
En la segunda mitad, el Valencia mostró la consistencia que le ha faltado en otras ocasiones y no solo no vio peligrar el resultado, sino que lo amplió hasta conseguir una goleada a domicilio que no obtenía desde el año 2007.
Ahora, con dos semanas para reconducir la situación, el Valencia se puede plantear con más serenidad los objetivos de la temporada, tanto en la Liga como en la Liga de Campeones y en la Copa del Rey.
Por lo que a Liga se refiere, el Valencia ha sumado nueve de los últimos doce puntos disputados. Es cierto que lo ha hecho sin jugar bien, pero ha sido contundente con un total de doce tantos obtenidos en los cuatro partidos más recientes.
Además, ha marcado siempre en los seis últimos partidos y tiene en su vuelta a la competición dentro de quince días un partido en casa ante Las Palmas, en el que su objetivo será asegurar los puntos antes de una doble confrontación complicada frente al Sevilla a domicilio y el Barcelona en Mestalla.
En la Liga de Campeones, la exigencia será máxima, ya que viajará a San Petersburgo necesitado de la victoria ante el Zenit para, por una parte dar un paso importante de cara a su clasificación y, por otra, mantener posibilidades de ser primero ante un rival que hasta el momento lo ha ganado todo.
El Valencia cerrará la fase de grupos ante el ahora colista Olimpique de Lyon en Mestalla y completará la serie de partidos antes del parón navideño como la eliminatoria copera ante el Barakaldo y los encuentros de Liga en Eibar y en Mestalla ante el Getafe. Alfonso Gil
