Tegucigalpa, 14 dic (EFE).- El expresidente de Honduras Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) enfrentará a la justicia de EE.UU., a donde viajó voluntariamente hoy tras ser acusado de corrupción ligado al escándalo de la FIFA y ser solicitado en extradición por ese país.
Callejas, de 72 años, viajó este lunes en «un vuelo privado» a Nueva York, donde tiene previsto comparecer entre hoy y mañana martes ante un juez de esa ciudad, dijo en Tegucigalpa su abogado defensor Tito Hernández.
El expresidente hondureño figura entre las 16 personas, 15 de ellas altos cargos y exdirectivos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), acusados el pasado día 3 por la fiscal general estadounidense, Loretta Lynch, de «secuestrar» al deporte para enriquecerse durante 24 años.
Callejas está acusado de los delitos de «conspiración para lavar activos y conspiración para hacer operaciones bancarias», y se entrega a las autoridades de EE.UU. por recomendación de sus abogados en Honduras y en Estados Unidos para evitar «un proceso más largo» y su extradición a ese país, explicó Hernández.
La entrega de Callejas se hizo en «coordinación muy precisa con la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa y sus diferentes agencias», así como con su equipo de abogados, afirmó por su parte el canciller de Honduras, Arturo Corrales.
Corrales explicó que el exgobernante viajó «por voluntad propia» para enfrentar un proceso «en debida forma» en Estados Unidos, que en 2006 le revocó la visa para ingresar a ese país, donde estudió economía agrícola.
Entonces, la Embajada norteamericana en Tegucigalpa indicó que a Callejas le habían revocado la visa «conforme a la sección 212 F de la Ley Migratoria de Estados Unidos, la cual provee la autoridad para negar la entrada a personas por corrupción oficial pública».
En declaraciones a la radio HRN en Tegucigalpa, el jefe de la diplomacia hondureña aseguró que el Gobierno de su país «no presionó bajo ninguna forma» a Callejas, quien partió en un vuelo privado pagado, según Corrales, por «un grupo de amigos que decidieron que era la mejor forma de colaborar con el expresidente».
Para Corrales, la decisión que tomó el expresidente fue «lo correcto» y «la mejor forma de dilucidar estas situaciones», una opinión que también comparte el diputado hondureño opositor Jorge Cálix.
«Entregarse es lo mejor que pudo haber hecho, era la mejor salida, ya que exponerse a un proceso acá era alargar su agonía y exponerse a ser extraditado», subrayó Cálix, diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda).
En declaraciones a los periodistas, enfatizó que este caso demuestra que Callejas «compró impunidad por más de 20 años y cartas de libertad» en Honduras, pero en Estados Unidos «lo están tratando como un criminal común y corriente».
El flagelo de la corrupción también salpicó a Callejas cuando gobernó su país de 1990 a 1994, ya que fue acusado durante la Administración de Carlos Roberto Reina (1994-1998), pero se defendió en los tribunales, que en 2009 le ratificaron 16 cartas de libertad.
La petición de extradición de Callejas a EE.UU. iba ser conocida está semana por la magistrada Edith María López.
El portavoz de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, Melvin Duarte, dijo este lunes a periodistas que el expediente sobre la extradición de Callejas seguirá «abierto» hasta que ese poder del Estado reciba «la notificación oficial» de su entrega.
Callejas cesó en agosto pasado como presidente de la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras (Fenafuth) tras doce años, periodo en que la selección nacional de fútbol clasificó al Mundial de Sudáfrica 2010 y al de Brasil 2014.
Fue relevado en el cargo por Alfredo Hawit, uno de sus colaboradores más cercanos y quien el día 3 fue detenido en Zúrich, Suiza, implicado en el escándalo por corrupción en la FIFA.
Hawit, quien además era presidente de la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF) y uno de los vicepresidentes de la FIFA, sigue detenido.
Según las denuncias que han trascendido, Callejas y Hawit recibieron en 2012 unos 600.000 dólares de la empresa Media World como soborno para ceder los derechos de comercialización y televisión de la selección de Honduras que participó en el Mundial de Brasil 2014.