Berlín, 20 dic (EFE).- El veredicto definitivo sobre el paso de Pep Guardiola por el Bayern Múnich sólo podrá darse cuando termine esta temporada, que será la última del preparador catalán en el club bávaro y que determinará el verdadero valor de su gestión a la luz de lo que ocurra en la Liga de Campeones.
Hasta ahora, en lo que a títulos se refiere, Guardiola está dentro de aquellos que cumplieron con su deber, como Felix Magath en sus dos primeras temporadas, Luis van Gaal en su primera o Giovanni Trapattoni.
A diferencia de Magath y Van Gaal, sin embargo, Guardiola se irá porque él lo ha decidido y no porque el club lo eche, y en ese sentido puede decirse que está un escalón por encima de ellos en la historia del Bayern.
Guardiola, además, conquistó más títulos que Trapattoni en sus dos primeras temporadas, con lo que también estaría por encima del italiano.
Sin embargo, para sumarse a lo más alto del podio de la historia bávara, que comparten Udo Lattek, Dietmar Cramer, Ottmar Hitzfeld y Jupp Heynckes, le falta ganar la Liga de Campeones, que le ha sido esquiva en sus primeras dos temporadas.
De otro lado, al balance pertenece el hecho de que Guardiola ha dominado la Bundesliga como pocos entrenadores antes de él con un promedio de más de 2,5 puntos por partido.
Con el entrenador catalán el Bayern ha sido verdaderamente hegemónico en Alemania, lo que probablemente no se valore lo suficiente puesto que su antecesor inmediato, Jupp Heynckes, en su última temporada no sólo había ejercido una dictadura absoluta en la Bundesliga, sino que además había logrado el triple ganando la Copa de Alemania y la Liga de Campeones.
Al hacer esa comparación suele olvidarse que en las dos temporadas anteriores al triple, la última de Van Gaal y la primera de Heynckes, el Bayern no había logrado ganar ningún título.
Los dos grandes lunares de la gestión de Guardiola han sido las dos semifinales de la Liga de Campeones que perdió contra el Real Madrid y contra el Barcelona. Su mejor momento el reciente recital contra el Arsenal, al que derrotó por 5-1 en el Allianz Arena.
Por idéntico marcador el Bayern había derrotado poco antes a dos de sus competidores directos en la Bundesliga, el Wolfsburgo y el Borussia Dortmund. Esa fase llevó a que muchos dijeran que Guardiola había logrado crear el mejor Bayern de la historia.
Sin embargo, es significativo que todos esos triunfos hayan sido triunfos de otoño. El Bayern de Guardiola siempre ha tenido sus mejores momentos en la primera mitad de la temporada mientras que en la segunda parte, en invierno y primavera, ha parecido quedarse sin aire.
Eso en parte ha tenido que ver con rachas de lesiones que han sido un permanente dolor de cabeza y que no eran frecuentes en el Bayern antes de la llegada del catalán lo que ha hecho que surjan muchas preguntas.
En las dos temporadas anteriores el Bayern logró acumular, en la Bundesliga, una renta suficiente para que el bajón de la parte final no pusiera en peligro el título de la competición.
Otra cosa ha sido en la Liga de Campeones, cuando lo duro de la competición empieza en primavera, e incluso en la temporada anterior en la Copa de Alemania, donde el Bayern fue eliminado en semifinales por el Borussia Dortmund.
Mientras en noviembre de este año el ambiente del Bayern era de júbilo, ahora, pese a liderar la Bundesliga, hay preocupación a corto plazo por la racha de lesiones que otra vez amenaza la competitividad del equipo a nivel europeo.
El Bayern tuvo que afrontar la parte final de la primera ronda sin Arjen Robben, Franck Ribery, Mario Götze, Douglas Costa, David Alaba, Mehdi Benatia y Juan Bernat.
Especialmente la ausencia de los cinco primeros mutila al Bayern en la parte ofensiva y urgen que al menos parte de esa tropa deje la enfermería para poder pensar en ganar la Liga de Campeones.
El balance final de la era Guardiola en el Bayern depende en buena parte de ello.