Múnich (Alemania), 1 may (EFE).- El técnico del Atlético de Madrid, Diego Simeone, desembarcó hoy en Múnich al frente de toda su plantilla, ante el desafío de eliminar mañana al Bayern de la Champions en la Allianz Arena, y contando incluso con alguna adhesión «local».
«Sí, voy con el Atlético. Es mejor equipo, más simpático y menos arrogante que el Bayern», comentaba Marco, un alemán de 21 años, de la ciudad bávara de Núremberg, ante la puerta del hotel muniqués donde se aloja el Atlético.
Enfundado en una camiseta de Fernando Torres, aunque de su etapa en Liverpool, Marco y sus padres esperaron hasta ver llegar el autocar con la delegación del equipo madrileño.
Se quedaron, sin embargo, con las ganas de poder acercarse a pedirle un autógrafo, debido al cordón de seguridad establecido por el hotel.
Más o menos lo mismo le ocurrió a Tian, una estudiante de 18 años, de origen chino y residente en Múnich desde los ocho años, quien acudió a la puerta del hotel con varias fotos de Torres de impresión casera y un libro sobre el futbolista, además de una camiseta del jugador, en este caso sí del club actual del «Niño».
«El Atlético tiene una muy buena delantera y una de las líneas defensivas más fuertes de Europa», opinó Tian, que aspiraba a la firmase la camiseta Torres, jugador del que se declara absoluta admiradora desde la Eurocopa.
Simeone y su equipo entrenará esta tarde en la Allianz, el estadio del Bayern Múnich donde mañana disputará el partido de vuelta de semifinales de la Championes, tras imponerse por 1-0 en el de ida del Vicente Calderón.
Marco comentó con ironía que, de clasificarse, será la tercera que el equipo de Pep Guardiola se queda fuera de la Champions contra un equipo español, tras 2014, frente al Real Madrid, y 2015, ante el Barcelona.
El técnico argentino decidió ayer convocar a toda su plantilla ante el viaje a Múnich, incluidos los dos lesionados que recibieron el alta médica, Diego Godín y Yannick Carrasco.
A las adhesiones locales de estos dos jóvenes seguirá mañana la propia, con la llegada a la capital bávara de los aficionados del Atlético a bordo de cuatro aviones procedentes de Madrid.
