Las cifras de los últimos partidos del Bayern Múnich han puesto a hablar a Alemania de algo que ya se denomina como «el efecto Heynckes» que ha devuelto al equipo a la ruta del éxito tras un aparatoso comienzo de temporada que llevó a la destitución del anterior entrenador Carlo Ancelotti.
Cuando Jupp Heynckes asumió el equipo, el Bayern estaba cinco puntos por debajo del entonces líder, Borussia Dortmund. Han bastado tres jornadas de la Bundesliga para que el Bayern asuma el liderato con tres victorias consecutivas y un gol diferencia de 8-0.
En la Liga de Campeones liquidó el trámite ante el Celtic con un claro 3-0 -mañana tendrá que refrendar lo que hizo en Múnich en la vista a Glasgow- y en la Copa de Alemania pasó a octavos de final tras eliminar al RB Leipzig en la tanda de penaltis.
En los cinco partidos disputado el Bayern sólo ha encajado un gol. En los tres anteriores había encajado siete.
Las razones de todo ello son muchas y la conquista del liderato tienen que ver también con el desfallecimiento del Dortmund pero el papel de Heynckes es innegable y el reconocimiento al mismo es prácticamente unánime.
Una clave ha sido la estabilización defensiva del equipo que desde su presentación Heynckes definió como una de sus prioridades. La fórmula es no dejar solos a los cuatro defensas nominales y trabajar defensivamente también el centro del campo.
Para ello una pieza clave es Javi Martínez que, sin embargo, se ha perdido varios partidos tras lesionarse en un hombro en el primero. Contra el Leipzig volvió al puesto que Heynckes considera que es suyo, delante de los cuatro defensas, y que desempeñó en la temporada 2012/2013 cuando el Bayern ganó el triplete.
Una segunda clave ha sido la mejora en la comunicación con los jugadores. Heynckes dedica mucho tiempo a las conversaciones individuales, de manera que cada jugador sabe lo que se espera de él y lo que puede esperar del entrenador.
A algunos jugadores eso les ha servido para aumentar su confianza en sí mismos.
«Da confianza al equipo, refuerza las virtudes de los jugadores y le ha dado nueva vida al equipo», dijo a la revista «Kicker» Franck Ribery.
También parece haber aumentado la intensidad de los entrenamientos, pese a haber asumido el equipo en un momento en que tenía que afrontar dos partidos por semana.
Ya en el momento de asumir el equipo, Heynckes se encontró con bajas importantes por lesión como las de Manuel Neuer y Ribery. Luego vino el desgarre muscular de Müller.
Sin embargo, hasta el momento, ha podido compensar esas bajas con una plantilla reducida. Mañana en Glasgow llega la prueba más dura ya que faltará, por una lesión que se considera leve y como medida de precaución, Robert Lewandowski, prácticamente el único jugador que no tiene un sustituto natural en el Bayern.
Ante ello Heynckes tendrá que improvisar en un compromiso que puede significar la clasificación matemática a los octavos de final de la Liga de Campeones.
Luego, el sábado próximo, vendrá el duelo en la Bundesliga a domicilio ante el Dortmund en el que estará en juego el liderato.
Con ello terminará una fase que era clave para Heynckes y vendrá la pausa de selecciones. Al regreso es posible que Müller esté de vuelta, lo que es clave para los planes de Heynckes. A Ribery y a Neuer tendrá que esperarlos más tiempos.
La pausa de invierno será clave para los objetivos del Bayern. Heynckes recuerda que, debido al calendario, ha tenido poco tiempo para entrenar aspectos básicos y ha tenido que concentrarse en la preparación de los partidos.
Un aspecto clave puede ser lo que Heynckes llama «entrenamiento de compensación», destinado a evitar lesiones y que muchos consideran que fue la clave para que en la temporada 2012/2013 hubiese pocas bajas por problemas musculares.
Rodrigo Zuleta