Múnich, 12 abr (EFE).- Un recuerdo al Borussia Dortmund al comienzo del partido por parte del presentador del estadio, que expresó sus respetos por la decisión del Borussia Dortmund de jugar hoy su partido contra el Mónaco, y luego todo fue normalidad en el ambiente del partido del Bayern contra el Real Madrid.
Las pancartas en las tribunas eran las habituales, llamaba la atención la de una barra en tribuna este que se autodenomina «La bestia negra».
Cuando se leyó la alineación del Real Madrid hubo algunos silbidos en la tribuna norte. Curiosamente justamente ahí, en la parte alta, parecía estar la aglomeración más grande de madridistas, en medio de un estadio vestido casi todo de rojo.
Luego vino la lectura de la alineación del Bayern, con la coreografía habitual. El presentador dice el nombre del jugador (Manuel) y el estadio entero le responde con el apellido (Neuer).
A falta de 15 minutos de empezar el partido el estadio terminó de llenarse. Los aficionados habían empezado a llegar relativamente temprano a la Allianz Arena, siguiendo los consejos del Bayern y de la policía acerca de que podía necesitarse más tiempo para los registros habituales.
El principal contratiempo para la llegada de los aficionados fue un daño en un tren de la línea de metro 6, que generó retrasos.
Al comienzo los madridistas, en clara minoría, lograron hacerse notar con cánticos. Pero a medida que transcurrieron los minutos la marea roja los ahogó, sobre todo después de que el Bayern se fue en ventaja en el minuto 25, con gol de cabeza de Arturo Vidal.
Sobre todo los hinchas del Bayern situados en la curva sur empezaron a enloquecerse. Ya habían celebrado antes una gran parada de Manuel Neuer ante un cabezazo de Karim Benzema.
Tras el penalti fallado por Vidal en el 45, hubo unos segundos de silencio por parte de la afición del Bayern y los hinchas del Madrid trataron de encenderse, otra vez, conscientes de el equipo estaba vivo.