Este sábado 10 de junio se enfrentarán Brasil y Argentina por la final de la Copa América 2021 en el Estadio Maracaná, repletos de jugadores de la elite europea.
La final de la competencia Sudaméricana tendrá la particularidad que entre los planteles de Brasil y Argentina saldrán a la cancha 46 jugadores que practican en el futbol europeo y tan sólo seis futbolistas que juegan en las ligas locales.
Es decir, el 91 % de los futbolistas que definirán al campeón de la Copa Latina se desempeñan en el Viejo Continente.
Argentina, quiere sacar la espina de no levanatar trofeos hace 26 años y de lograrlo igualaría a Uruguay como los máximos ganadores. Por su parte, el anfitrión buscará quedarse con la edición 47 de la competencia y asi obtener su décima corona.
Lionel Messi no quiere volver a pasar frente a un trofeo sin poder levantarlo. Con cuatro finales perdidas sobre la espalda, el astro de Argentina está ante una oportunidad única, tal vez la última, de redimirse: una final de Copa América ante el clásico rival Brasil en el estadio Maracaná y con Neymar ansioso por bajarlo del pedestal.
Por varias razones, el duelo del sábado marcará un quiebre en la histórica rivalidad entre los dos gigantes del fútbol sudamericano, que suman en conjunto siete títulos mundiales y 23 continentales.
Será la primera vez que se enfrenten en una final en el legendario estadio de Río de Janeiro, donde el local se ha vuelto imbatible en partidos decisivos desde que mordió el polvo ante Uruguay en el mundial de 1950.
Messi, de 34 años, está ante la ocasión ideal de curar las heridas por tantos golpes con Argentina. Ebrio de vueltas olímpicas en Barcelona, nunca pudo ganar un trofeo con la selección mayor de su país. Perdió tres finales de Copa América (2007, ante Brasil; 2015 y 2016) y la del mundial 2014 ante Alemania, también en el Maracaná.
En el tramo final de la carrera, Messi advirtió antes de la Copa América que era “el momento de dar el golpe”, un deseo que en el campo de juego confirmó con cuatro goles, cinco asistencias y un nivel pocas veces visto con la Albiceleste, también respaldado por un equipo renovado, con futbolistas de menos cartel que los del pasado, pero que lograron complementarse mejor con la gran figura.
El último casillero lo encuentra con el vigente campeón Brasil, favorito en la previa por antecedentes y un invicto en partidos oficiales bajo el mando de Tite que se remonta a la eliminación ante Bélgica en los cuartos de final del Mundial de 2018.
La Canarinha es un equipo mucho más afianzado, que sabe adaptarse a distintos esquemas durante un mismo partido, con una defensa que sólo ha concedido dos goles en el torneo y con un Neymar de 29 años más comprometido en la causa ofensiva que en fingir faltas.